;;Audiciones para Romeo y Julieta [Libre]

Suspiré y entré al salón de teatro.
Luego de haberle dado muchisimas vueltas, había terminado aceptando la propuesta del señor Sherman y anotado mi nombre en aquella cartelera fatídica. Vale, me gustaba la actuación, pero ¿Y si el Romeo que elegían resultaba ser un idiota?

En el Instituto había chicos muy guapos, ¿Para qué negarlo? Pero el único que me interesaba probablemente no entraría a aquello. Sacudí al cabeza, de nada valía lamentarse...El profesor me estaba esperando en la pequeña tarima. Sabía que me estaba esperando a mí por la sonrisa que se cruzó por su rostro al observarme.

-¡Viniste!-Exclamó. Luego miró su reloj-¡Y con media hora de adelanto!

Maldije mi teléfono entre dientes...De nuevo se había dañado la hora.

Vi a...¿Kaze?...Entrar al salón, pero sólo le dirigí una sonrisa. La otra fue más osada y se presentó, cosa que me molestó un poco. Realmente me daba igual quien era ella. Suspiré sin siquiera estirar la mano.

-Soy Lenore-Dije con sequedad, acercándome al profesor.Sus ojos de nuevo adquirieron ese brillo rarito al mirarme.
-Etto...Señor Sherman.
-Lenore, te he dicho muchas veces que me llames "Jake"...
-...Y yo le he dicho que eso me parece una falta de respeto. Por más amigos que seamos fuera del colegio, podrían regañarme...Como sea.Mire, por casualidad un tal...Zack McCourt....¿No se habrá inscrito en la lista?
-Realmente no lo recuerdo-Jake se rascó la cabeza-Pero, ¡Ánimos! Total, llegaste con media hora de adelanto...

Asentí con pesadez y fui a dejarme caer en uno de los asientos.

-¡Eh, cuidado con donde de tiras!-Reclamé casi en un grito cuando la chica se dejó caer a mi lado; Estaba dormitando. Si volvía a hacer alguna tontería cerca de mi, incediaría su cabello, eso era seguro. Solté un bufido y me corrí dos asientos. Sabía que no volvería a recuperar el sueño.

Dos chicas más habían entrado y miraban embobadas al profesor, peor de verdad dudaba que obtuvieran algún papel. Nada interesante que mirar.
Saqué mi libreta personal y me puse a dibujar una muñequita a lo anime, para matar el tiempo...Ya habían pasado doce minutos.

-Por fin llegó un posible Romeo...-Pensé en voz alta (O más bien, susurré), mirando al...¿Hermano?...De Kaze-Pero parece un tarado. Bueno, las apariencias engañan.

Miré a mi lado; Las dos chicas que estaban en los asientos que coincidían al mío me estaban viendo muy raro, más aún cuando notaron la muertaposa que estaba dibujando. Les dirigí una mueca macabra, y ambas gritaron, cayendo al suelo, para alejarse corriendo. Enarqué una ceja, guardando mi cuaderno. Faltaban cinco minutos para empezar. Me quedé observando al hermano de la chica rubia, para ver si estaba cualificado para ser Romeo...O si sería un simple Paris.

Suspiré y miré al techo a penas el profesor llamó a la primera alumna, una tal Florencia Carter. Agradecí haber pedido al profesor que me dejara de última como única condición para ir a las audiciones, aún más cuando noté la algabardía que formó la chica y los gritos que dieron sus amigas. Era francamente patético.

-...Y el señor Jake Lighting, venga a la tarima si es tan amable, por favor-Dijo el profesor a través del megáfono. Esta vez, aunque sin ergurime del todo, presté más atención: Quería ver al chico actuar, a ver si servía para algo.

Estaba ensimismada mirando al profesor Sherman tratar de calmar a aquella babosa, cuando oí la puerta abrirse. Volteé y me quedé algo sorprendida.

Era un muchacho que no tenía pinta de haberse inscrito en eso. Más bien, otro chico aburrido. No estaba nada mal. Me le quedé mirando con una ceja enarcada. Su rostro tenía un toque...¿Tierno?...De lo más llamativo, ese tipo de muchachos que pareciera que aún tienen hoyuelos. Sacudí la cabeza. Se me hacía demasiado familiar.
Menudas cosas estaba pensando yo, teniendo una audición dentro de poco.

Luego de un rato de mirar al chico, lo reconocí; ¡Era Alec! Por haber estado varios puestos bajo el, no lo había reconocido.
Frustrada por haber sido tan distraída, fruncí el ceño y caminé hasta la fila de asientos donde estaba y ocupé el asiento que había dejado libre Valreynn.

-¡Hola!-Saludé con alegría. Verlo siempre me ponía de buenas. Me quedé admirando sus dos enormes ojos azules-¿Vienes a audicionar?