Pasillos del tercer piso

Ese "claro" que me dijo no me específico si comería conmigo, o más bien con nosotras; Jade también lo haría. Como sea, tomé mis cosas y salimos a los pasillos para dirigirnos a la cafeteria; esperaría hasta llegar y encontrar a Jade para preguntarle; aunque realmente esperaba que lo hiciera.

- Eres nuevo en la escuela, ¿cierto? - Pregunté, aunque la respuesta puede que ya la supiera, no lo había visto antes hasta la clase de química de hoy.

- ¿De dónde venías? - Pregunté después curiosa, aunque mi pregunta tenía doble significado; tanto de otra parte del mundo o de otro mundo.

me cargué la mochila al hombro y deje un lado colgando pues metí esa mano en el bolsillo, entre que salía a paso lento tras Faith.
- lo soy... bonito primer día me lleve... - dije con una sonrisa ladeada.

Medité un segundo antes de contestar la siguiente pregunta, mas bien... rebusque en mi cabeza por la respuesta - pues... Shawn es Bulgaro... - murmuré... aunque algo me dijo que la pregunta era de doble sentido - y yo... del planeta de las bestias... lo conoces?

Lo de búlgaro me sorprendió pero lo del planeta de las bestias aún más, después de todo yo amaba la historia de las almas y claro que había oído hablar sobre el ¿cómo no haberlo hecho?

- Claro que lo conozco - Sonreí. - Me gusta mucho su historia - La historia de las almas, me era simplemente fascinante; era una de mis materias favoritas - Además.. Mi abuela tuvo algo de fama en ese planeta - Recordé a mi abuela con nostalgia.. "Jinete de la Bestia" había sido el apodo que se había ganado en aquel planeta.

Fruncí el ceño mas extrañado que otra cosa - de veras?... la historia en general es una materia larga y aburrida... pero al menos te concierne... incluso a mi me aburre a veces la historia de las almas - reí... eso era cierto pero secreto... si alguien preguntaba la historia de mi gente era lo mas interesante había oído nunca.

- fama?... - pregunte curioso - no estuve allá hace mucho... así que dudo conocer la historia... - dije balanceando la cabeza y pausando la frase a medida que lo hacía - pero... que tipo de fama era? - las historias duraban mucho y pasaban de planeta en planeta... se podría decir que nuestra memoria era buena.

- ¿Cómo puede aburrirte? - Ahora era yo la que tenía cara de sorprendida. - Si la historia de las almas es realmente fascinante - Le dije con una sonrisa en mi rostro aunque todavía no podía creer lo que me había dicho.

- Pues es una vieja historia.. - Comencé explicandole - Aunque tal vez te llegue a sonar el nombre de "Jinete de la Bestia" - El apodo que mi abuela se había ganado pero que había rechazado. Todavía recordaba su nombre original en ese planeta "Moradora de las estrellas".

Para ese momento ya habíamos llegado hasta el principio de las escaleras, las cuales comenzamos a bajar.

Me encogí de hombros y fije por un segundo la mirada en el piso - es simplemente evolución y viajes... sobre especies y planetas de los que eh escuchado varias veces... - expliqué en tono tranquilo - debe ser por eso que me aburre... porque ya lo oí y porque no me sorprende para nada... somos bastante predecibles... -dije poniendo los ojos en blanco - los humanos en cambio... son únicos... cada capítulo es completamente distinto al otro... - hice una pausa - un cuento ajeno siempre es mas emocionante - dije volteandome hacia ella con una sonrisa.

- La jinete de la bestia?... - dije en voz un tanto mas alta - a ella siempre se la conoce... era tu abuela? - había descubierto donde termino aquella alma... bien instalada en la tierra... bien por ella.

Le devolví la sonrisa que me dio. - Exacto - Confirmé lo que había dicho ¿acaso no se había dado cuenta? - Un cuento ajeno siempre es más emocionante - Cité lo que él había dicho anteriormente. Sonreí aún más. - Yo soy una humana, no he tenido todas esas vidas en otros planetas como tú; no he vivido esas experiencias y es por eso que me gusta tanto oírlas es como si me imaginara viviendolas - Le expliqué.

- Y sí, era mi abuela. Ella junto con una humana fueron las dos personas que crearon el tratado de paz; entre ustedes y nosotros - Y que si no lo hubieran hecho, no sabría que hubiera podido pasar con el mundo, no lo hubiera conocido a él e incluso probablemente no existiera. Suspiré.

Por fin habíamos descendido los tres pisos y nos encontrábamos frente a la cafetería, listos para entrar aunque todavía no sabía con quién querría comer él.