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Escritor del mes
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okok... este post quedará abierto para quienes quieran participar, el plazo será de 5 días, luego serán otros 5 para elegir al ganador.
Las reglas son simples:
1 - seguir el tema
2 - respetar el mínimo de 3 párrafos en adelante
3 - publicar los fics en este topic (solo para que sean más simples de ver)
El tema de este mes: un día lluvioso.
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El tema de este mes: un día lluvioso.
Re: Escritor del mes
A Rainy Day
Desde que podía recordar, los días lluviosos habían sido mis preferidos. Mis amigos los odiaban porque esos días nos veíamos obligados a quedarnos en casa y no podíamos ir a jugar a la pelota,
pero a mi no me importaba. Yo era feliz sentado en el alfeizar de la ventana de mi cuarto viendo deslizarse cristal abajo las gotas de agua y mirando al cielo gris cargado de nubes o saltando entre los charcos con mis botas de agua azules. Pero sin lugar a dudas, lo que más me gustaba, eran los olores. El ligero pero embriagador olor a humedad que impregnaba el aire instantes antes de que estallase la tormenta. El olor del aire puro y limpio mientras el agua caía. Y el olor a tierra mojada y plantas que invadía mis fosas nasales en los primeros instantes tras la marcha de la lluvia. Con el tiempo, esos olores se metieron tan dentro de mis sentidos que empecé a ser capaz de detectar, incluso con un par de horas de antelación cuando se acercaba una tormenta. Nunca le hablé a nadie de ello, era mi secreto y gracias a él yo podía adecuar mis planes para poder disfrutar del día de lluvia en soledad, cómo siempre me había gustado hacer.
En una de esas ocasiones, la tormenta estalló con rapidez y fiereza sorprendiendo a montones de inocentes transeuntes sin paraguas en mitad de sus quehaceres diarios. Desde la ventana de mi barato apartamento, observé como unos corrían a refugiarse, mientras que otros trataban de seguir usando cualquier cosa para taparse: un periódico, un bolso, la bolsa de la compra... Sonreí por sus
reacciones hasta que alguien entre la multitud que recorría la calle a toda prisa, llamó mi atención. Era una chica. Lo supe por su larga cabellera y su forma de caminar fue lo que captó mi atención. Ella no corría, no se cubría la cabeza, simplemente caminaba a paso lento con la cabeza alta, mirando al cielo. No podía asegurarlo puesto que la distancia que nos separaba era mucha, pero podía jurar que además sonreía. Irremediablemente me sentí atraido por esa mujer y, casi sin darme cuenta, me encontraba descendiendo a toda prisa las escaleras de los 5 pisos que me separaban de la calle. Salí a la puerta buscándola con la mirada y eché a correr hacia el sitio dónde la había visto por última vez. Esquivaba gente cómo podía en mi apresurada carrera pero cuando alcancé ese punto, no vi ni rastro de ella. Miré en todas direcciones en busca de alguien que no fuese a toda prisa sin obtener resultado alguno. Aún así no perdí el ánimo y durante varios minutos corrí en diferentes direcciones tratando de hallar a esa misteriosa chica pero tras largo rato de infructuosa búsqueda, me rendí. Volví a casa calado y decepcionado y ni el hecho de ver las gotas cayendo lentamente por mi cristal, logró animarme.
A partir de ese momento, cada día de lluvia me descubría buscando a esa mujer entre la gente. Más de una vez me pareció verla, pero en cuanto miraba a otra parte, o bajaba a buscarla, parecía esfumarse. Con el tiempo se volvió una obsesión. No sabía su nombre, pero para mí se convirtió en mi ángel de la lluvia. Pasaron años sin que consiguiese ver a aquella mujer más de diez segundos seguidos y siempre desde mi ventana, pero lo que sentía cada vez que vislumbraba su silueta entre la gente es imposible de describir con palabras.
Pasaron muchos años, tantos que mi cabello oscuro se encaneció y mi rostro angulado se cubrió de arrugas. Sin embargo, aquella misteriosa presencia, mi ángel de lluvia, a la que seguía buscando y
encontrando entre la gente, siempre mantenía el mismo aspecto. Mi don, tiempo atrás infalible, comenzó a decaer y una tarde, la tormenta me sorprendió durante mi paseo matutino. Mis huesos ya no soportaban la humedad, así que busqué refugio en una zona cubierta del parque. Allí había un banco, asi que me senté en él a esperar que la tormenta remitiese. Llevaba allí apenas cinco minutos cuando la mujer que había estado buscando toda mi vida apareció frente a mi.
- Eres tú... Por fin te encuentro.
- Sé que me has buscado, pero me era imposible presentarme ante ti.
- ¿Por qué? Te he buscado casi durante toda mi vida... ¿Por qué ahora qué soy un viejo enfermo y decrépito?
- Porque las cosas tienen que ser así. Pero no te preocupes, si aceptas mi proposición, estaremos juntos para siempre.
Durante un tiempo que a mi me pareció increiblemente corto, me explicó que ella no era humana, era un espíritu de la naturaleza encargado de esparcir la lluvia por todo el mundo. Me dijo que había
descubierto el don que poseía y que había visto la pasión que sentía por los días lluviosos. Esa pasión era la que le había hecho volver a menudo por la ciudad para seguir viéndome. Me contó todo lo que quería saber de ella y, al final, llegó su propuesta.
- Únete a mí. Sé un espíritu de la naturaleza como yo.
- Sabes de sobra que te seguiría al fin del mundo.
- No tienes ni idea de lo inmensamente feliz que me haces. Dame tu mano y estará hecho.
Extendí mi mano hacia ella y, en cuanto la toqué me sentí rejuvenecer. Ella me sonrió y me llevó hasta la fuente del parque sin soltarme un sólo instante. Al inclinarme para mirar, pude vislumbrar mi reflejo y comprobé que había recuperado mi aspecto juvenil.
- Juntos para siempre. -murmuró.
- Para siempre. -respondí.
Desde ese día, recorro el mundo llevado en volandas por las nubes, distribuyendo la lluvia por cada rincón de la tierra, acompañando a mi amado ángel de lluvia y disfrutando en todo momento de los olores que marcaron mi vida. Aún me cuesta creer que todo empezase aquel tranquilo día lluvioso...
pero a mi no me importaba. Yo era feliz sentado en el alfeizar de la ventana de mi cuarto viendo deslizarse cristal abajo las gotas de agua y mirando al cielo gris cargado de nubes o saltando entre los charcos con mis botas de agua azules. Pero sin lugar a dudas, lo que más me gustaba, eran los olores. El ligero pero embriagador olor a humedad que impregnaba el aire instantes antes de que estallase la tormenta. El olor del aire puro y limpio mientras el agua caía. Y el olor a tierra mojada y plantas que invadía mis fosas nasales en los primeros instantes tras la marcha de la lluvia. Con el tiempo, esos olores se metieron tan dentro de mis sentidos que empecé a ser capaz de detectar, incluso con un par de horas de antelación cuando se acercaba una tormenta. Nunca le hablé a nadie de ello, era mi secreto y gracias a él yo podía adecuar mis planes para poder disfrutar del día de lluvia en soledad, cómo siempre me había gustado hacer.
En una de esas ocasiones, la tormenta estalló con rapidez y fiereza sorprendiendo a montones de inocentes transeuntes sin paraguas en mitad de sus quehaceres diarios. Desde la ventana de mi barato apartamento, observé como unos corrían a refugiarse, mientras que otros trataban de seguir usando cualquier cosa para taparse: un periódico, un bolso, la bolsa de la compra... Sonreí por sus
reacciones hasta que alguien entre la multitud que recorría la calle a toda prisa, llamó mi atención. Era una chica. Lo supe por su larga cabellera y su forma de caminar fue lo que captó mi atención. Ella no corría, no se cubría la cabeza, simplemente caminaba a paso lento con la cabeza alta, mirando al cielo. No podía asegurarlo puesto que la distancia que nos separaba era mucha, pero podía jurar que además sonreía. Irremediablemente me sentí atraido por esa mujer y, casi sin darme cuenta, me encontraba descendiendo a toda prisa las escaleras de los 5 pisos que me separaban de la calle. Salí a la puerta buscándola con la mirada y eché a correr hacia el sitio dónde la había visto por última vez. Esquivaba gente cómo podía en mi apresurada carrera pero cuando alcancé ese punto, no vi ni rastro de ella. Miré en todas direcciones en busca de alguien que no fuese a toda prisa sin obtener resultado alguno. Aún así no perdí el ánimo y durante varios minutos corrí en diferentes direcciones tratando de hallar a esa misteriosa chica pero tras largo rato de infructuosa búsqueda, me rendí. Volví a casa calado y decepcionado y ni el hecho de ver las gotas cayendo lentamente por mi cristal, logró animarme.
A partir de ese momento, cada día de lluvia me descubría buscando a esa mujer entre la gente. Más de una vez me pareció verla, pero en cuanto miraba a otra parte, o bajaba a buscarla, parecía esfumarse. Con el tiempo se volvió una obsesión. No sabía su nombre, pero para mí se convirtió en mi ángel de la lluvia. Pasaron años sin que consiguiese ver a aquella mujer más de diez segundos seguidos y siempre desde mi ventana, pero lo que sentía cada vez que vislumbraba su silueta entre la gente es imposible de describir con palabras.
Pasaron muchos años, tantos que mi cabello oscuro se encaneció y mi rostro angulado se cubrió de arrugas. Sin embargo, aquella misteriosa presencia, mi ángel de lluvia, a la que seguía buscando y
encontrando entre la gente, siempre mantenía el mismo aspecto. Mi don, tiempo atrás infalible, comenzó a decaer y una tarde, la tormenta me sorprendió durante mi paseo matutino. Mis huesos ya no soportaban la humedad, así que busqué refugio en una zona cubierta del parque. Allí había un banco, asi que me senté en él a esperar que la tormenta remitiese. Llevaba allí apenas cinco minutos cuando la mujer que había estado buscando toda mi vida apareció frente a mi.
- Eres tú... Por fin te encuentro.
- Sé que me has buscado, pero me era imposible presentarme ante ti.
- ¿Por qué? Te he buscado casi durante toda mi vida... ¿Por qué ahora qué soy un viejo enfermo y decrépito?
- Porque las cosas tienen que ser así. Pero no te preocupes, si aceptas mi proposición, estaremos juntos para siempre.
Durante un tiempo que a mi me pareció increiblemente corto, me explicó que ella no era humana, era un espíritu de la naturaleza encargado de esparcir la lluvia por todo el mundo. Me dijo que había
descubierto el don que poseía y que había visto la pasión que sentía por los días lluviosos. Esa pasión era la que le había hecho volver a menudo por la ciudad para seguir viéndome. Me contó todo lo que quería saber de ella y, al final, llegó su propuesta.
- Únete a mí. Sé un espíritu de la naturaleza como yo.
- Sabes de sobra que te seguiría al fin del mundo.
- No tienes ni idea de lo inmensamente feliz que me haces. Dame tu mano y estará hecho.
Extendí mi mano hacia ella y, en cuanto la toqué me sentí rejuvenecer. Ella me sonrió y me llevó hasta la fuente del parque sin soltarme un sólo instante. Al inclinarme para mirar, pude vislumbrar mi reflejo y comprobé que había recuperado mi aspecto juvenil.
- Juntos para siempre. -murmuró.
- Para siempre. -respondí.
Desde ese día, recorro el mundo llevado en volandas por las nubes, distribuyendo la lluvia por cada rincón de la tierra, acompañando a mi amado ángel de lluvia y disfrutando en todo momento de los olores que marcaron mi vida. Aún me cuesta creer que todo empezase aquel tranquilo día lluvioso...
Tyler Henderson- Mensajes : 49
Fecha de inscripción : 17/07/2010
Edad : 33
Re: Escritor del mes
I can't stop the rain from falling.
¿Cual era la causa de la lluvia? ¿Como era que caía así como así, del cielo? Habían muchas teorías para acercarse. O que lloraban los dioses de las respectivas religiones, o los dioses de otras religiones echaban agua para hacer crecer los cultivos de grandes granjeros que vivían de eso. Cada persona tenía un significado diferente para la lluvia, pero yo especialmente no le tenía ninguno. No podía decir que me gustaba la lluvia, pero me pone melancólica. Estaba frente a la ventana, escribiendo estas hojas, esperando que algun día alguien las lea. ¿Para qué? No sabía, pero quería compartir mis ideas con el mundo entero. ¡Sí, el mundo entero!
Detuve la pluma, la tapé y me abrigué, dispuesta a ir a publicar estas hojas. Pero al salir afuera, olvidé el paraguas... ¡Y las llaves! Me quedé alli afuera, mojándome y golpeando la puerta una y otra vez. ~ Bueno, puedo ir así, total aún tengo las...... ¡MIE****! &&/&$$%#$%%/(~ Grité con todas mis fuerzas al ver las hojas destruidas en mis manos. Justo alguien me abrió, y entré refunfuñando y gruñendo malas palabras por lo bajo. Eché esta hoja al suelo del baño, y mi padre entró después que yo las lancé. Como no había papel, ya saben lo que les pasó a este fic, por eso es tan malo.
Así se convirtió de tan melancólico a tan melancólico pero sin el Melan, es que mi padre había tomado mucho 'Activia'.
¡Fin!
xDDD.
Buenooo, este fic es solo para reirse :3
¿Cual era la causa de la lluvia? ¿Como era que caía así como así, del cielo? Habían muchas teorías para acercarse. O que lloraban los dioses de las respectivas religiones, o los dioses de otras religiones echaban agua para hacer crecer los cultivos de grandes granjeros que vivían de eso. Cada persona tenía un significado diferente para la lluvia, pero yo especialmente no le tenía ninguno. No podía decir que me gustaba la lluvia, pero me pone melancólica. Estaba frente a la ventana, escribiendo estas hojas, esperando que algun día alguien las lea. ¿Para qué? No sabía, pero quería compartir mis ideas con el mundo entero. ¡Sí, el mundo entero!
Detuve la pluma, la tapé y me abrigué, dispuesta a ir a publicar estas hojas. Pero al salir afuera, olvidé el paraguas... ¡Y las llaves! Me quedé alli afuera, mojándome y golpeando la puerta una y otra vez. ~ Bueno, puedo ir así, total aún tengo las...... ¡MIE****! &&/&$$%#$%%/(~ Grité con todas mis fuerzas al ver las hojas destruidas en mis manos. Justo alguien me abrió, y entré refunfuñando y gruñendo malas palabras por lo bajo. Eché esta hoja al suelo del baño, y mi padre entró después que yo las lancé. Como no había papel, ya saben lo que les pasó a este fic, por eso es tan malo.
Así se convirtió de tan melancólico a tan melancólico pero sin el Melan, es que mi padre había tomado mucho 'Activia'.
¡Fin!
xDDD.
Buenooo, este fic es solo para reirse :3
Hallelujah- Mensajes : 51
Fecha de inscripción : 13/07/2010
Re: Escritor del mes
Un día lluvioso
Apoyaba mi mentón sobre mis brazos y estos sobre el marco de la ventana, había comenzado a llover desde la madrugada y todavía no se había detenido; la lluvia no era del todo de mi agrado, bueno realmente no era para nada de mi agrado, nunca lo había sido aunque en aquellos momentos parecía que expresaba exactamente la manera en como me sentía.
Observaba como aquella lluvia caía a trompicones sobre el asfalto cuando el carro llegó; una pareja salió de la puerta trasera y aunque salieron con su paraguas, se apresuraron a entrar al edificio.
Me apresuré a alistarme pues ya sabía lo que venía; la voz de la directora no tardó en salir de los altoparlantes que se encontraban por todas partes. Bajé lentamente las escaleras, no como otras niñas que pasaban corriendo a mi lado, aquellas ocasiones ya no me causaban tanta emoción como solían hacerlo; ya llevaba 10 años en el orfanato y todavía nadie había mostrado algún interés por mí.
Nos formaron en una hilera, como de costumbre, todas las demás niñas mostraban una enorme sonrisa en su rostro mientras que yo tenía la mirada baja; con tantas desilusiones que me había llevado en el pasado ya no me quedaban ganas de seguir sonriendo pero entonces sucedió algo inesperado.
- ¿Por qué esta niña tan linda no levanta la vista? - Preguntó una voz masculina, podía ver sus finos zapatos negros delante de mí pero no contesté, no pensé que fuera correcto.
- Anda, sólo queremos verte - Me dijo una voz femenina; unas zapatillas con un gran tacón se acercaron más a mí y fue entonces cuando sentí el delicado tacto de una mano tomar mi mentón para levantar mi rostro.
Fue la primera vez que los vi y fue tan especial; tenía un sentimiento dentro de mi pecho que me decía que a partir de ahora todo estaría bien, que ya no tendría que preocuparme por nada.. Una enorme sonrisa se asomo por entre mis labios al igual que en los de ellos; desde ese momento supe que mi vida iba a cambiar en aquel día lluvioso iba a tener un lugar al que por fin iba a poder llamar hogar.
Faith Kingyo- Tinkerbell
- Mensajes : 369
Fecha de inscripción : 16/04/2010
Edad : 32
Localización : In my own world
Re: Escritor del mes
Se informa que el concurso ya está cerrado y ahora es tiempo de votar
Que gane el mejor (:
Que gane el mejor (:
Faith Kingyo- Tinkerbell
- Mensajes : 369
Fecha de inscripción : 16/04/2010
Edad : 32
Localización : In my own world
Re: Escritor del mes
Awwwh graciiiias *.*
Faith Kingyo- Tinkerbell
- Mensajes : 369
Fecha de inscripción : 16/04/2010
Edad : 32
Localización : In my own world
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